viernes, 18 de noviembre de 2011

LUNA PENÉLOPE


LUNA PENÉLOPE

Luna piadosa,
tejedora celeste,
hilas sonámbula,
hebras de luz, entre las sombras.

Como una araña
bruñida, de plata pura,
bordas tu encaje de soledad
al ritmo de las mareas.

Luna destino, tejes y destejes
fibras de vida y muerte.

Penélope exhausta,
urdes la trama de la noche,
cuarto por cuarto,
mes a mes.

Luna femenina esparces tu lumbre
en sutiles gajos

sábado, 28 de mayo de 2011

BESOS PROHIBIDOS




BESOS PROHIBIDOS

Te vales de mi boca
Para el rezo profano
Y en húmedas plegarias
bebes hasta mis fuerzas.
Nada queda de mì
que no sea tuyo
y gota a gota escancias.
Como sutil veneno,
tus besos
los prohibidos,
los míos
los ajenos.-



martes, 3 de mayo de 2011

GOCE SECRETO


GOCE SECRETO

Para que tú me escuches
las palabras se deslizan
colina abajo de mi boca,
donde mi pecho guarda
un corazón pendiente de tu risa.
Las frases que no digo
son silencio sagrado,
espacio inhabitado de mi voz,
conteniendo el aliento.
Verbo y carne que tu lengua
aun no conoce de la mía.
Y es un goce secreto
la palabra que callo,
para dejarla ir luego, suavemente,
colina abajo de mi boca

sábado, 12 de febrero de 2011

LA VISITA



LA VISITA


LA VISITA

Hoy la he conocido
junto al lecho, sibilante,
enroscada en el dosel.
Atenta a mis fiebres,
declamando en el delirio.

Me ha mirado con ojos
amarillos, desde el alto
pasadizo de su sombra.
Vigilando mi respiro,
besándome el sudor.

La huesuda figura
repicando a su paso,
pidiendo el duelo,
exigiendo la entrega,
se hizo astillas de memoria,
entre mis sábanas.


¡No le temo!
gritó mi mente,
y azorada todavía,
sonrió.
Su lenta carcajada,
asustó a la noche
que mandó velar la luna,
en mi ventana.-

EN EL INTENTO


EN EL INTENTO

De verdad lo he intentado.
Dejando de hacer nada,
haciendo todo
y volviéndome al vacío
de las ferias del alma.
He cruzado océanos
con el pensamiento,
en las ausencias,
en las distancias,
en las rudas alboradas de la carne,
por el sexo crucificado y ajeno.
Con hielo y sal en las venas,
huérfanas de abrazos.
Sobre la piel,
el sello de la soledad
ha tatuado un nombre
y otro rostro me espera,
doblando las esquinas de mi cuerpo.
En el intento de apiadarme
es donde he perdido
la razón, la causa,
el justificado perdón.
Más fácil es vagar fuera de mi,
que hallar en el espejo,
la oscura y repentina convicción
que el amor…
es una herida incalculable.