Te vales de mi boca Para el rezo profano Y en húmedas plegarias bebes hasta mis fuerzas. Nada queda de mì que no sea tuyo y gota a gota escancias. Como sutil veneno, tus besos los prohibidos, los míos los ajenos.-
Para que tú me escuches las palabras se deslizan colina abajo de mi boca, donde mi pecho guarda un corazón pendiente de tu risa. Las frases que no digo son silencio sagrado, espacio inhabitado de mi voz, conteniendo el aliento. Verbo y carne que tu lengua aun no conoce de la mía. Y es un goce secreto la palabra que callo, para dejarla ir luego, suavemente, colina abajo de mi boca